lunes, 14 de septiembre de 2009

XXV

Dominique "Le King" Valera.

Seminario - Bruselas - 1978.

sábado, 12 de septiembre de 2009

XXIV

SALUD Y ARTES DE COMBATE
Haremos referencia a la salud
-de forma muy general por supuesto-
en relación a las Artes de Combate.

Podemos permitirnos hacer mención a algunas cuestiones que de tan obvias,
difícilmente alguien cuestione abordarlas
desde la propia experiencia de práctica.
Incluso desde la investigación periodística,
habiendo analizado trabajos de muy destacados especialistas,
a los cuales cito en la Bibliografía y recomiendo leer,
y de los cuales confío haber interpretado cabalmente
su pensamiento en los aspectos generales.

No obstante, quiero insistir acerca de la absoluta necesidad
de recurrir puntualmente a un
médico deportólogo -o cardiólogo-
que dé el apto médico,
antes de empezar a practicar Artes de Combate.



Practicarlas responsablemente equivale a cuidar y energizar nuestro cuerpo.
O lo que es igual, a sentirnos bien, a estar saludables.
Conservar la salud es -o debería ser- de la mayor importancia para cada uno.
Sin embargo, no siempre lo entendemos así y preferimos
priorizar otras cuestiones, muchas veces accesorias.
Es como si hubiéramos perdido la capacidad de diferenciar
entre lo importante y lo urgente.
Hemos perdido el equilibrio.
La práctica seria y responsable de las Artes de Combate
nos permite recuperar ese equilibrio y mantener la salud.

Cuando entrenamos con regularidad, permitimos a nuestro organismo
la secreción de endorfinas, hormonas a las que suele llamarse "del sentirse bien".
En cambio las del estrés, son la adrenalina y el cortisol,
que segregamos con mayor frecuencia.
Cuando no entrenamos regularmente,
nos estamos privando de esa sensación de plenitud
que proporciona el ejercicio físico.
No hay mejor forma de cuidar nuestra salud y mejorar nuestro estado físico,
que entrenar con regularidad, alimentarnos bien y descansar lo necesario.

Las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares,
la hipertensión arterial y la obesidad, están íntimamente asociados
al llamado Síndrome metabólico del sedentarismo,
es decir, a una mala dieta y a una rutina sedentaria.
Cuando entrenamos responsablemente, estamos
evitando el envejecimiento prematuro,
mejoramos nuestro tono y fuerza muscular;
prevenimos la pérdida de masa ósea,
los huesos se mantienen fuertes y alejamos la posibilidad de fracturas;
aceleramos nuestro metabolismo evitando la acumulación de grasa,
especialmente en el tronco y zona abdominal,
que es peligrosa para la salud del corazón;
mejora la composición corporal, el equilibrio,
la coordinación y nuestro humor;
combatimos el estrés, la depresión y la ansiedad;
mejora la calidad del sueño, la actividad sexual, la flexibilidad;
prevenimos la hipertensión arterial leve y moderada
y los accidentes cerebrovasculares.


El entrenamiento beneficia además el metabolismo basal
("la energía básica necesaria para mantener los
procesos involuntarios de nuestro cuerpo en reposo -1-)
Con la edad, esta necesidad de energía va disminuyendo,
por lo tanto, aunque comamos lo mismo y en las mismas cantidades,
no podemos evitar subir de peso.
Sólo el ejercicio físico actúa como un acelerador natural
del metabolismo basal, en tanto que el sedentarismo lo enlentece.
El entrenamiento es la única garantía para
controlar el peso corporal y prevenir la obesidad.

La práctica responsable de las Artes de Combate
está ligada al mantenimiento de la salud,
y ésta a su vez, a la posibilidad de vivir más tiempo y mejor.
No se trata simplemente de prolongar la existencia.
Si al llegar a la vejez pasamos a ser absolutamente dependientes,
sufrimos tremendos dolores, necesitamos consumir cantidades de medicamentos....

El envejecimiento está muy ligado a la falta de cuidados de nuestro cuerpo.
En gran medida, podemos elegir la vejez que deseamos vivir,
sólo que esa elección debemos hacerla mucho antes
(debería hacerse en la infancia),
cuando aún es posible prevenir nefastas consecuencias.
El entrenamiento regular, debe permitirnos mantener
sanos el corazón, las arterias, los pulmones y el esqueleto;
y conservar el cuerpo con bajo porcentaje graso y flexible.


El acondicionamiento físico debe ser particularizado,
es decir, ajustado a cada persona y a cada objetivo.
No tendrán la misma exigencia un atleta de élite y
alguien que practica Artes de Combate de forma recreativa.
No obstante, todos los adelantos y descubrimientos realizados
para los primeros que puedan ser trasladados a la población general de practicantes,
deben ser utilizados para beneficio de todos.

Cuando digo atletas de élite,
hago referencia principalmente al nivel de competencia
(olímpica, campeonatos mundiales, torneos internacionales, entre otros),
no particularmente al entrenamiento en sí.
Es decir, suele definirse al alto rendimiento como
"la habilidad de realizar gestos deportivos de calidad
y la capacidad de reiterarlos varias veces " -2-.
En principio, nada impide que esta habilidad y capacidad
puedan ser desarrolladas no sólo por el atleta de élite,
sino también por el practicante recreativo.
Lo verdaderamente importante en esta cuestión,
es no realizar un entrenamiento que sea contraproducente,
o dicho de otra forma, que esté contraindicado para la especialidad
en la que el atleta se desempeña.
Mucho menos, por supuesto, contraindicado para la salud.
Por ejemplo, salir a correr varios kilómetros
para ganar resistencia cardiovascular es contraproducente,
está absolutamente contraindicado para quien
practica alguna de las Artes de Combate,
porque atenta contra la producción de altos niveles de potencia y velocidad.
Cualquier forma de entrenamiento de la resistencia para estos atletas,
debe contemplar que no pierdan potencia,
coordinación y velocidad, por ejemplo en circuitos diseñados al efecto,
o realizando combates de mayor duración.
Esto es tan válido para el atleta de élite,
como para el practicante recreativo.
Mientras que los primeros lo saben perfectamente,
los segundos en cambio, generalmente no lo toman en cuenta.


Otro error frecuente se produce en torno al tema de la hipertrofia muscular.
Nadie niega la necesidad del trabajo de sobrecarga
en el entrenamiento de las Artes de Combate.
En absoluto. La fuerza, la velocidad, la potencia y el tiempo de reacción
son decisivos en éstas, y las distintas rutinas de trabajo con pesas,
científicamente organizadas y particularizadas para cada atleta,
conforman la sólida base sobre la que asienta
la evolución individual en el Arte.

Pero en las Artes de Combate, no podemos entrenar con pesas con un criterio
orientado principalmente a mejorar la apariencia,
ya que esto no implica que necesariamente
también estemos mejorando nuestra eficiencia.


Los ejercicios indicados para fisicoculturismo
generalmente no son los que se corresponden con
aquéllos recomendados para las Artes de Combate.

Lo primero a tener en cuenta son las características de la especialidad
en la que nos desempeñamos, es decir, si practicamos Artes de Combate que,
genéricamente consideradas, se basan en golpes traumáticos
(Full Contact, Karate o similares),
de forcejeo (lucha, Judo, entre otros),
o una combinación de ambos (Vale Tudo)

Quienes se ubican en el primer grupo,
deben priorizar el trabajo de las fibras explosivas,
no la hipertrofia muscular.
Los del segundo grupo, en cambio,
priorizarán las fibras rápidas y también la hipertrofia muscular.
Los del tercer grupo, habrán de requerir una combinación de ambos entrenamientos.
En Vale Tudo, por ejemplo, se dan forcejeos de
intensidades submáximas y velocidades controladas,
junto a movimientos repentinos y violentos.
Por lo tanto, atletas notoriamente hipertrofiados,
deben ser a la vez, veloces y potentes.
Nada fácil, por cierto.
Lograrlo requiere de una muy estricta planificación,
del trabajo y una total contracción a esa planificación,
por parte del atleta -3-.
Para cerrar el tema, diremos algo que pueda tranquilizar
a todos aquéllos que necesiten, a la vez ser efectivos
y "verse bien": aun quienes centran su rutina en las fibras explosivas,
pueden lograr con años de trabajo,
lo que se llama hipertrofia activada,
que si bien no es tan espectacular como la alcanzada por un fisicoculturista,
responde efectivamente a las necesidades de
un practicante de las disciplinas de combate.
El ex campeón mundial de boxeo de los pesos completos,
Evander Holyfield, es un claro ejemplo.


Por último, algunas consideraciones en torno a la flexibilidad.
La práctica de las Artes de Combate y mucho más aún
el entrenamiento con sobrecarga,
inevitablemente producen y acumulan gran tensión muscular.
Es necesario reducir esta tensión para devolver
a cada músculo un movimiento más libre,
a través de los ejercicios de estiramiento.

Éstos deben adaptarse a la estructura muscular,
al grado presente de flexibilidad
y al estado concreto de tensión muscular.

Se debe trabajar con suavidad, lentamente, adecuando la respiración
(que debe ser lenta, rítmica, controlada);
sostenidamente, es decir, sin rebote, totalmente relajados
(la tensión mental también produce tensión muscular)
Contrariamente a lo que suele creerse,
el trabajo de estiramiento correcto es indoloro.
Es necesario concentrarse en el trabajo de flexibilidad,
el fortalecimiento y tonificación de la musculatura;
y de movilidad articular, de la cadera y de la columna vertebral
("tenemos la edad de nues¬tra columna")
Se puede recuperar, sostener y mejorar la flexibilidad corporal con constancia.
La clave del éxito está en la regularidad y moderación.
Todos podemos aprender a elongar, independientemente de la edad.
Y es conveniente acostumbrarnos a estirar en cualquier momento del día:
mientras vemos TV, entre tareas en nuestra actividad profesional,
luego de conducir un vehículo, antes y después
de cualquier actividad física, entre otros.
Desarrollar al máximo la flexibilidad corporal nos permite convertir
el cuerpo en una herramienta apta
para responder a cualquier exigencia (natural)
La flexibilidad enriquece los conocimientos marciales.
Los movimientos se vuelven más fluidos;
se alcanza un mayor dominio del cuerpo
y un superior control de la técnica.


Además, y esto no es una cuestión menor,
nos permite sentirnos mejor con nuestro propio cuerpo.
***
-1- Sangenis, Patricia, "Mi método para estar en forma definitivamente", Grupo Editorial Norma".
-2- Anselmi, Horacio, "Manual de fuerza, potencia y acondicionamiento físico". Edición del Autor.
-3- Ver Anselmi, Horacio, "Potencia para los deportes de combate", Editorial Kier.

domingo, 6 de septiembre de 2009

XXIII

Tres excelentes videos sobre defensa personal real, callejera,

a cargo del Maestro Pablo López.

(http://pabloautodefensapersonal.blogspot.com),

Advertencia:

No intente realizar estas técnicas

sin la guía de un instructor idoneo.

XXII

Claudio Veiga (der.) con Pablo López.

-Clickee en la imagen, para ampliar-

Pablo López es taoísta y un experimentado

karateca y practicante de artes marciales chinas internas,

además de creador del Sistema de Defensa Personal Extrema.
Con Pablo nos conocimos hace 35 años en el
Polideportivo de Pque. Chacabuco,
cuando ambos comenzamos a practicar
Karatedo Shudokan Kenshukai
a las órdenes del Maestro Jorge Nicolás Gallo.

Hace días volvimos a encontrarnos en el marco
de varias exhibiciones de AA MM que ofrecieron en
Pque. Chacabuco, escuelas que funcionan gratuitamente
en distintos polideportivos de la Ciudad de Bs. As.
Una alegría personal saber que continúa plenamente activo,
principalmente orientado a las clases
particulares de Karatedo y protección y custodia VIP.

Quienes visiten su blog
podrán apreciar su trabajo y realizarle las consultas necesarias

Pablo López (izq.), con el

Maestro Jorge Nicolás Gallo.

-Clickee en la imagen, para ampliar-