lunes, 9 de mayo de 2011

LXIV


KARATE TECHNIQUE FULL CONTACT.

Autor: Dominique Valera.

Se cumplieron en 2008, 30 años desde la publicación del primer libro escrito por un europeo, sobre el Full Contact Karate. Un texto clásico, que influyó indudablemente en la formación de la primera camada de fullers de todo el mundo. Impregnado de un irrepetible espíritu de época, en sus páginas se recoge la épica de la generación pionera. Aquí se reproduce a modo de homenaje, la “Reseña histórica del Full Contact”, a cargo de un referente fundamental del periodismo especializado europeo

RESEÑA HISTÓRICA DEL FULL CONTACT

Por Rolland GAILLAC.

Redactor jefe de la revista "Kárate", de Francia.


El Full Contact, la forma profesional de kárate llegada de USA,

se difundió a tal velocidad por los dojos europeos,

que sus detractores no han tenido tiempo de comprenderlo, menos aún, de practicarlo.

¿Es necesario decir que raramente un deporte

suscitó tantas pasiones y polémicas?

Sus detractores gritan a quienes quieran escuchar,

que el uso de protecciones es una burla a las tradiciones.

Sus partidarios, en cambio, con los ojos puestos en Valera,

gritan que hay, por fin, un deporte viril, digno de verdaderos combatientes y purgado de toda hipocresía;

una forma de kárate mucho más honesta y cercana a la realidad,

que a puesto las cosas en su lugar

Uno de los indudables aspectos a favor,

es la superación del eterno problema del arbitraje,

por el simple hecho de llegar al contacto real con el oponente.

La eficacia de las técnicas empleadas

se puede apreciar sobre una base cierta, jugando así,

la apreciación subjetiva de los árbitros,

un papel mucho menos importante que en los torneos tradicionales.

Pero ¿de donde viene el Full Contact que

–contrariamente a lo que se suele afirmar-,

ha hecho correr mucha tinta y poca sangre?

Desde USA, su lugar de nacimiento oficial,

si bien sus raíces técnicas se hunden en Asia,

lugar de origen de las Artes Marciales tradicionales.

Su nacimiento fue posible por la determinación de algunos competidores

de exitosa trayectoria, y la combinación feliz de algunas circunstancias muy concretas.

Así, el 14 de septiembre de 1974, en el Sports Arenas de Los Angeles,

fueron organizados los primeros campeonatos del mundo de kárate profesional.

Esa primera vez, los karatecas usaron kimonos con los colores americanos,

y protecciones de puños y pies.

Se veían sagrados delante de doce mil espectadores y trasmitidos por cuatro cadenas de televisión.

Estaban acompañados de una muchedumbre de astros del espectáculo

y campeones del mundo de distintas disciplinas.

Los cuatro competidores elegidos por los organizadores de la velada fueron:

Dueñas (ligero), Wallace (mediano) Smith (medio-pesado) y Lewis (pesado)

Esta competencia, si bien la mas importante organizada hasta entonces,

no era la primera en su género.

En 1968, en San Antonio, Texas,

una primera tentativa de kárate profesional había sido efectuada sin mayor suceso.

Cabe aclarar que allí los combates de karate tradicional se desarrollaban siempre al nocaut (K.O.)

controlados por cuatro jueces ubicados en las esquinas,

que frecuentemente debían separar a los competidores.

Sin embargo, esta modalidad no fue percibida por los espectadores como una importante innovación.

En 1970, otros eventos, a modo de prueba/ensayo,

tuvieron lugar en otras ciudades, sin gran aceptación.

Los periodistas especializados se apresuraron

a declarar este deporte “muerto al nacer”.

Pero los campeonatos de Ocean City, Maryland,

realizados en 1973, y el de Los Angeles, en 1974,

organizado por Mike Anderson y televisado por primera vez,

pusieron nuevamente todo en cuestión.

Un hombre en particular, ya muy popular, el Gran Joe Lewis,

contribuyó aportando su imagen/prestigio al lanzamiento del Full Contact.

Verdadera fuerza de la naturaleza, peso pesado con la movilidad de un mediano,

había sido el terror de sus adversarios,

durante la época de la competencia tradicional.

Generalmente vestía un kimono pesado y corto

para realzar su musculatura;

su mirada era esquiva y su concentración, total.

Muy veloz para sus 95 kgs.

Frecuentemente, bastaba que se presente al borde del tatami,

para ver como se multiplicaban defecciones y abandonos de los rivales…

Su forma de combate era escasamente ortodoxa,

utilizando un cierto número de combinaciones de su invención

(por ejemplo, un mortífero doble uraken o revés de puño),

como asimismo, la guardia de costado que luego adoptó

el Full Contact en sus comienzos.

Por su velocidad, era considerado intocable.

Como dijimos, durante años Lewis dominó la escena de la competición tradicional.

Hasta que enfrentó a otro fenómeno, Bill Wallace,

“la pierna izquierda mas rápida del mundo”.

Ante la estupefacción del público,

fue derrotado dos veces consecutivas por el ídolo de Memphis,

con un ataque de pie, por entonces inhabitual:

Ura Mawashi Geri a la cabeza (patada circular inversa)

Para Joe Lewis, esta derrota provocada por un hombre de setenta y cuatro kilos,

no había sido tal, sino el reflejo de aquellas cosas

que desde hacía tiempo quería subsanar,

practicando boxeo chino (por dos años) boxeo inglés (durante un año)

y compitiendo semiprofesionalmente en lucha.

Era además, un antiguo campeón de Fútbol Americano

y poseedor del record de los 2000 mts. en Atletismo.

Y había recibido entrenamiento en Corea,

como Infante de Marina de los Estados Unidos.

Lewis intuía –no sin cierta razón- que, a puños desnudos,

no había hombre sobre la tierra que pudiera resistírsele.

Consideraba que su derrota no podía significar más que una cosa:

el no contacto era una mentira, un abuso de confianza.

Toma una decisión inmediata e irrevocable, esta es,

abandona el karate para volcarse a la especialidad que

le parece más cercana a un combate real: el Kick Boxing tradicional.

Allí, durante años y en varias federaciones diferentes, hará estragos;

combate en Vietnam, Tailandia, Japón.

Demuele a los más encumbrados campeones,

imponiéndose por K.O., en el primer round,

la mayoría de las veces.

En los medios del Kick, causa pánico.

Prácticamente se queda sin rivales.

Desanimado por la falta de perspectivas,

piensa en volcarse definitivamente al boxeo inglés,

sistema que aprecia especialmente.

Pero un día, un encuentro con su antiguo adversario Bill Wallace,

lo hace cambiar de idea.

El campeón de Memphis –Joe debe reconocerlo-,

posee una técnica de piernas tan impecable y efectiva,

como inhabitual. La razón, Joe la descubrirá tiempo después:

Bill solo tiene una pierna útil, la izquierda.

Lewis decide volver a trabajar toda clase de técnicas de piernas,

de forma muy personal;

los resultados son óptimos y desde entonces dedica tiempo de entrenamiento

a tratar de asimilar las técnicas de piernas de Wallace.

A cambio, le enseña a Bill encadenamientos de técnicas de boxeo occidental,

recursos en los que evidentemente Wallace, es más limitado.

En esa época se comienza a hablar de Karate Profesional al nocaut.


Un maestro coreano, Jhoon Rhee, ha puesto a disposición del Full Contact

unas protecciones de pie y mano de su invención,

que naturalmente llevan su nombre en los diferentes modelos.

Mike Anderson, un promotor también apasionado del combate,

capta sin vacilar las enormes posibilidades a corto y mediano plazo,

del naciente deporte.

La compañía americana “Universal” de radio y TV decide apoyar el lanzamiento.

Todas las condiciones están dadas. La explosión del Full Contact era inevitable.

En Europa, donde las cosas a menudo sobrevienen con un cierto retraso,

el Full Contact, considerado como un fenómeno esencialmente americano,

parecía consagrado al fracaso.

Un hombre sin embargo, el más grande karateca francés,

había presentido su importancia.

Abandonando el Karate casi por las mismas razones que Joe Lewis

(¿hace falta recordar los incidentes del Mundial de Long Beach?),

Domique “Le King” Valera, había viajado a USA para familiarizarse,

en durísimos entrenamientos diarios, con el combate al nocaut

En su primer combate en USA,

enfrentando a un gigante negro de 130 kgs., hice “a mi pesar”,

las veces de coach de Dominique;

de único soporte ante 6.000 americanos desenfrenados.

Al final del combate, pude ver una inmensa sonrisa sintetizando

el gesto lúcido de “Le King”.

Saliendo del ring, levantó su cabeza confiado y dijo:

“Esto mejora; ahora se que puedo llegar”.

Nacía el Full Contact francés.


Nota: el ejemplar del libro utilizado en este artículo, fue cedido por el Maestro Jorge H. Doglioli.

Sufrida traducción del francés: Claudio Veiga.

domingo, 8 de mayo de 2011

LXIII

Jean Yves Theriault