martes, 2 de junio de 2009

XVIII




Del Full Contact, lo que sobrevive es el “espíritu” ,
su auténtica búsqueda de la efectividad deportiva,
a través de una práctica viril y contundente.
En ese sentido, hubo un antes y un después del Full Contact.
Sin el Full, la posterior explosión de los DD. CC.,
no hubiese existido, al menos no así como se dio.
El Kick Boxing, el Thai Boxing, el Grappling, el Vale Todo,
indudablemente se beneficiaron del terreno antes arado,
por el Full Contact.
Incluso las Artes Marciales autodenominadas tradicionales
fueron notoriamente influidas por el Full.
Nada volvió a ser lo mismo y estas tuvieron que incorporar
al menos cierto grado de contacto a la práctica. Casi todas.

Salvo algunos bolsones que se mantuvieron
patológicamente fijados a la tradición y aún continúan así.
Pero su práctica semeja más a una clase
de Arqueología o Paleontología, que a la de un Arte de Combate.
Incluso una disciplina tan tradicional como el karate,
en algunos casos incorporó reglamentos deportivos,
como el de Daido Juku Kudo Karate, por ejemplo,
que utilizando protecciones, compiten a contacto pleno y en las tres distancias:
de pie, derribos y piso.
Algo impensable,
antes del Full Contact y,
más acá en el tiempo,
antes del Vale Todo.

En cambio como especialidad, “como reglamento”,
el Full Contact está en retroceso;
no extinguido, pero casi.
El Full Contact, como un exquisito deporte de combate,
legado de Occidente, basado en boxeo inglés y patadas
propias de las artes marciales,
aunque adaptadas al contacto pleno,
no atraviesa su mejor momento.
Tal vez, el peor, desde su nacimiento.
Y no es casual.
Para hacer Full Contact, hay que saber.
Hay que saber boxear bien,
y patear bien, para ser efectivo “en un pedacito”,
que va de la cintura para arriba
(si exceptuamos las barridas)
No es para cualquiera.
Hay que saber en serio.
Y llegar a saber en serio requiere tiempo,
dedicación y la guía de un Maestro idóneo
¿Cuántos de esos Maestros hay actualmente?
¿Y cuántos chicos quieren dedicar tiempo a perfeccionarse?
Muy pocos.

Los ´90, con su credo de supuesta eficacia,

pero real inmediatez, superficialidad y falta de ética,
impregnaron todos los órdenes de la vida.
También, por lo tanto, los DD. CC.
Así se priorizó la práctica de un Kick Boxing “europeo”,
que “fabrica competidores como hamburguesas”.
En tres meses un chico tiene que subir a un ring,
a tirar low kick y zapallazos
¿Qué otro recurso puede dominar en tres meses?
No importa, dicen. Lo que importa, agregan,
es hacer torneos, y para eso se necesitan competidores.
Lamentablemente, la mentalidad de “comida rápida” infectó todo;
también, la formación de competidores.
Es una vergüenza, pero es así.

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